Tipos de climas:
Climas cálidos
Los climas cálidos se dan entre
el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio. Aquí las temperaturas siempre
son elevadas, superiores a los 18 °C de media, pero hay grandes diferencias en
las precipitaciones.
En el clima ecuatorial,
las precipitaciones son constantes y muy abundantes, superiores a los 2.000 mm
anuales.
En cambio, en el clima tropical,
aunque las precipitaciones totales son también muy abundantes, se concentran en
unos meses del año; de ahí que en el clima tropical existan dos estaciones: la
estación húmeda y la estación seca.
Climas templados
Los climas templados se extienden
desde los trópicos a los círculos polares tanto en el hemisferio norte como en
el sur. Se caracterizan por la existencia de cuatro estaciones, con diferencias
notables de temperaturas y precipitaciones entre ellas. Los principales climas
templados son:
El clima
oceánico o atlántico, que tiene temperaturas suaves y precipitaciones
abundantes, superiores a los 800 mm, durante todo el año.
El clima
continental, que presenta inviernos largos y muy fríos, con temperaturas
incluso bajo cero, y veranos cortos y muy cálidos. Las precipitaciones pueden
ser abundantes, normalmente por encima de los 600 mm, y se concentran en los
meses de verano.
El clima
mediterráneo y similares, que se caracterizan por los inviernos cortos
y de temperaturas suaves, y los veranos largos y de temperaturas cálidas. Las
precipitaciones son escasas, nunca superan los 800 mm, y se concentran en
primavera y en otoño. Sin embargo, en la variante de clima chino se dan
temperaturas suaves y precipitaciones abundantes, por encima de los 1.000 mm,
concentradas en verano.
Tanto en las zonas cálidas como
en las zonas templadas se da el clima desértico, que se caracteriza por
precipitaciones muy escasas, inferiores a los 250 mm anuales, y por grandes
variaciones entre la temperatura nocturna, fría, y la del día, muy calurosa.
Climas fríos
Los climas fríos son característicos de los
círculos polares y de las áreas de alta montaña. Por tanto, se distinguen dos
tipos:
El clima polar,
que presenta las temperaturas más bajas de la Tierra. Las precipitaciones son
casi inexistentes y ocurren en forma de nieve, y difícilmente se alcanzan los
10 °C de temperatura media.
El clima de alta
montaña, que presenta temperaturas frías en invierno y suaves en verano, se
caracteriza por lluvias abundantes, con frecuencia en forma de nieve en
invierno.
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